Se considera una de las pinturas religiosas más destacadas del artista. Su procedencia exacta de lugar y fecha no está clara, por el estilo se infiere que fue realizada entre 1635 y 1644.
En la parte superior las tres personas de la Trinidad Cristiana, Padre, Hijo y Espíritu Santo, coronando a la Virgen María quien permanece sentada sobre las nubes, rayos de sol y angelitos revoloteando.