La Belle Ferronniere, Leonardo da Vinci

Importancia histórica

El retrato forma parte del periodo en que Leonardo trabajaba en la corte de Ludovico il Moro en Milán. Es una de las escasas obras retratísticas autógrafas que se conservan del pintor. Representa un avance en el retrato renacentista, al mostrar no solo el aspecto físico, sino también una presencia psicológica. Ha sido pieza fundamental en retrospectivas leonardescas del Louvre. En el siglo XX estuvo en el centro del caso Duveen, un juicio sobre la autenticidad de una versión en Nueva York, lo que consolidó la importancia del original como referente indiscutible.

Técnica pictórica

Leonardo utilizó la técnica del sfumato con veladuras sucesivas de óleo, suavizando el paso entre luces y sombras en rostro y cuello. La obra se apoya en un dibujo subyacente riguroso que organiza las proporciones. El claro-oscuro crea volumen y resalta la figura contra el fondo neutro. Destacan los detalles en la indumentaria, con bordados y escote cuidadosamente definidos, y la representación de la joya frontal, trabajada con reflejos discretos. El resultado combina precisión anatómica y refinamiento material, elementos característicos de la madurez de Leonardo en Milán.