Este cuadro es un retrato al aire libre con la particularidad que la iluminación de la figura principal es a contraluz. Los blancos vibrantes de la espuma marina abren un haz de luz que golpea a María (hija del pintor) por la espalda. El efecto general es abrumador, mientras la fuerza del color recae sobre el fondo, la figura principal aparece casi flotando en primer plano.