Cuadros decorativos

Los cuadros de tu sala pueden ser la clave para transformar el espacio en un lugar con estilo y armonía. Una pintura bien colocada, ya sea sobre el sofá o en la pared principal, se convierte en el punto visual que le da coherencia a toda la decoración.

Los cuadros en el comedor actúan como acompañamiento del ambiente, aportando calidez y estimulando la convivencia. Los paisajes y bodegones son una elección tradicional que aporta serenidad, mientras que los cuadros abstractos o geométricos en tonos vivos generan energía y dinamismo. Es importante situarlos a la altura de los ojos, de manera que dialoguen con la mesa y las sillas, sin restar protagonismo a la disposición central.

En el dormitorio, te recomendamos orientar la decoración con cuadros a la calma y la intimidad. Las obras con paletas suaves —azules claros, verdes delicados, grises o tonos arena— refuerzan la sensación de confort. Colocados sobre el cabecero, en formato grande pueden ser los elementos decorativos principales de toda la habitación. Los lienzos pequeños en serie también son una buena opción para crear ritmo visual sin sobrecargar el espacio.