Se trata de una de las obras más elaboradas, y la primera donde el pintor trató el tema mitológico.
El lienzo muestra al dios griego Apolo visitando la herrería regentada por el dios Vulcano, quien muestra su estupor ante las palabras de Apolo.
La composición y proporciones anatómicas finamente logradas, son propias de la escuela italiana, aprendidas por Velázquez tras su estancia en Roma.