En las composiciones del artista es muy común encontrar un elemento horizontal divisorio, que separa bruscamente al observador, frente al mundo presente dentro de la pintura. En este caso emplea una vía de tren para el propósito.
Con ello consigue, según los entendidos, que la obra sea impenetrable, establece una línea separadora haciendo que la soledad y la melancolía se potencian aún más.