Muestra una situación de fantasía, donde personas corrientes de la época, parecen converger en un lugar idílico. Rodeados por angelitos y con estatuas de personajes mitológicos.
Esta obra representa una inclinación notoria al Rococó. Rubens muestra aquí su pericia e inclinación a los modelos de belleza clásico, así como a el gusto por la ornamentación generosa.