Describe un paisaje inundado por el agua, se trata de un popular balneario en las cercanías de París, que frecuentaban
Claude Monet y Renoir, donde pasaban tiempo comparando sus composiciones, y practicando la
representación de la luz en el agua, competían para ver quien era capaz de plasmarla con más elocuencia.
La versión de Renoir está hecha con pinceladas más cortas y rápidas, usando los colores directamente del tubo. Para sus contemporáneos esta pintura estaba inconclusa, sin embargo, hoy en día es considerada un ejemplo clásico del impresionismo.