Para muchos críticos se trata de una de las obras más bellas del pintor. Ha sido objeto de amplios análisis sobre las proporciones y posiciones anatómicas que utiliza.
Un aspecto destacado es el recorrido natural que hace el ojo al observar el lienzo, comienza por la derecha y continua al centro, luego va a la izquierda, pero al darse cuenta de que lo que están mirando las bailarinas no aparece en el cuadro, el ojo vuelve al centro y sale por la derecha.